La mediación es un método alternativo de resolución de conflictos, conocido bajo las siglas MASC en español. En él, un mediador o mediadora neutrales asisten a las partes para que puedan crear la comunicación necesaria para la resolución de su problema. Para ello, es sumamente importante que le mediador esté adecuadamente formado para ello, siendo necesaria formación en técnicas y herramientas de comunicación como la escucha activa, la reformulación o la legitimación, entre otras.
La mediación es un procedimiento que goza de todas las garantías legales, donde el protagonismo lo tienen las partes implicadas y no sus abogados.
Es un método confidencial, voluntario y bastante más económico que un procedimiento judicial.
La mediación puede iniciarse antes de empezar con un procedimiento judicial o una vez iniciado en cualquier momento del mismo. La mediación permite la suspensión del procedimiento, si las partes lo deciden, para intentar alcanzar un acuerdo fuera de los juzgados. En este último caso, el acuerdo alcanzado se homologaría judicialmente, teniendo la misma fuerza vinculante que una sentencia.
La mediación también suspende la caducidad y la prescripción de las acciones, por lo que ninguna de las partes perdería sus derechos por estar negociando a través de este método alternativo de resolución de conflictos.
Con la mediación no se pierde nada, siempre se gana, aunque sea una mejora en la comunicación con la otra parte en conflicto.
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